Cayó el telón de la tercera edición del festival Latin-Arte
Ángela Sierra en la inauguración del festival LatinArte 2011
El festival de arte latino, que organiza anualmente en Montreal la fundación LatinArte, es hoy por hoy la actividad cultural latinoamericana mas importante de Québec. Este festival, que llegó este año a su tercera edición, ha venido ganando espacio en la escena cultural montrealense y creciendo en calidad año tras año. La excelente factura de los trabajos artísticos que se exponen y la seriedad que hasta ahora han mostrado sus organizadores, le ha venido granjeando el reconocimiento no sólo de la comunidad latinoamericana de Montreal, sino de los actores gubernamentales ligados a la gestión de la cultura en todo los niveles del Estado quebeco-canadiense. La diversidad de manifestaciones artísticas y el nutrido número de cultores latinoamericanos, que encuentran un lugar en la escena cultural de la ciudad durante el festival es admirable. Sobre todo si se tiene en cuenta que los latinoamericanos que viven en esta metrópolis canadiense constituyen –así lo reconocen varios estudios científicos- una comunidad dispersa y apática, que poco se interesa en los asuntos que conciernen su vida comunitaria y sus intereses colectivos.
Con LatinArte la cultura latinoamericana entra en escena
Hasta antes de la entrada en escena del festival de LatinArte, las manifestaciones culturales que históricamente habían proyectado la imagen de la latinoamericanidad en Montreal eran las celebraciones anuales de las fiestas patrias. En estos eventos se escuchan generalmente las interpretaciones de los aires nacionales, que hacen grupos musicales formados por músicos que vienen de los diversos países de América Latina. La fiesta, que casi siempre se inicia con la presentación de grupos de danzas folclóricas, se termina con un baile amenizado por una orquesta que toca viejas canciones de salsa y merengues de moda.
Los asistentes al convite aprovechan la oportunidad para deleitar su paladar con los sabores de la gastronomía de sus países y, mientras se echan sus tragos, gritan vivas al lejano país que los vio nacer. Cuando la noche empieza a caer –después de las ocho de la tarde-, todo el mundo comienza a recoger sus emociones y se va con sus amigos –si vino con ellos a la fiesta- abrigando la esperanza de volver el año siguiente a repetir el mismo ritual.
Mientras el rito de las fiestas nacionales regresa, los latinoamericanos se refugian en las fiestas organizadas por jóvenes, que se improvisan como disjokeys y empresarios del entretenimiento, y los basares organizados en los sótanos de las iglesias, para recoger fondos para las actividades de catequesis, dirigidas a la comunidad latinoamericana. De vez en cuando una agrupación de músicos latinoamericanos o un cantante reconocido, como Oscar de León, pasa por la ciudad y ofrece un espectáculo. A éste concurren los fiesteros auténticos y los que posen ingresos económicos aceptables, pues las boletas no bajan de 30 dólares y 30 dólares, multiplicados por dos, se convierten a veces en una cifra gruesa para el promedio de las familias latinoamericanas, que se dispersan en el territorio de la gran región de Montreal.
En otros casos, los compradores de boletos se han quedado con los crespos hechos, porque al artista convocado las autoridades canadienses le han negado –a última hora- la visa de entrada al país. Así sucedió en septiembre de 2009 con Dimedes Días. El cantante de vallenatos había sido contratado para amenizar un baile el día del amor y la amistad, pero su presentación fue cancelada a última hora. Otra motivo que ha llevado a la gente a quedarse vestida y alborotada en las puertas de un concierto toca con el hecho de que los organizadores del evento no tramitaron a tiempo el permiso de alcohol y alimentos, ni contrataron el servicio de guardianes especializados. Así sucedió en mayo de este año con un baile, en el que se iba a presentar una charanga cubana, que venía acompañada por un trompetista que fue promocionado como la nueva revelación del afro-cuban-jazz.
En fin, a parte de la rumba, antes de la aparición de la Fundación LatinArte, los latinoamericanos de Montreal; particularmente los artistas latinoamericanos, no tenían otro escenario que les permitiera disfrutar de sus manifestaciones culturales, resaltando el trabajo aislado y solitario de los cultores latinoamericanos que viven en la ciudad. Ante la escasez de espacios que divulgaran la cultura latinoamericana en su versión más extensa, Anguela sierra; una mujer Quijote, apasionada por las artes, le apostó a la idea de crear un festival, que sacara a los artistas latinoamericanos, de todos los géneros, de sus casas y los expusiera en todos los escenarios posibles. Fue así como pintores, poetas, músicos, teatreros, fotógrafos, escultores y danzarines comenzaron a transitar con propiedad por escenarios, a los que en el pasado se habían acercado sólo por la orillita.
Isbel Alba y Ángela Sierra en el encuentro de Bloggers
El impacto que generó la primera versión del festival de LatinArte en la retina del público fue positivo. La calidad de las obras que se expusieron y de los eventos que se realizaron, llevaron a Jean-Christophe Laurence cronista de la actividad cultural, en el periódico La Presse, uno de los más influyentes de Québec, a titular: “LatinArte: bien plus que la Salsa”. Ese elogio, viniendo de un cronista acreditado en la materia, cobraba todo su precio en oro, pues históricamente a los latinoamericanos se les ha tenido como unos fiesteros incorregibles, que sólo se reúnen para bailar, comer y tomar. Antes de esa primera versión, la actividad cultural latinoamericana de carácter popular, en general, no iba más allá de espectáculos de baile de salsa y merengue, articulados alrededor de programas de radio en español, en los que se hacen sonar las bachatas más lacrimógenas del momento.
Una tercera edición dedicada a la releva y a la cultura urbana
La tercera edición del festival artístico de LatinArte fue dedicada a los cultores con edades comprendidas entre 18 y 35 años. Con esta iniciativa los organizadores del festival buscaban posicionar en el panorama cultural latinoamericano de Montreal y en la escena cultural de la ciudad a una nueva generación de cultores latinoamericanos, que comienzan a pedir su derecho de ciudad, como se decía en la Edad Media. Ese concepto permitió que graffiteros y músicos que se dedican a crear a partir de las manifestaciones musicales urbanas pasaran a la escena. En el campo del cine, los documentalistas participantes también dedicaron sus trabajos a valorizar el esfuerzo, que en diversas esquinas del continente realiza una pléyade silenciosa de hombres y mujeres, para alejar a los jóvenes de los barrios pobres de las drogas, el crimen y la marginalidad social.
Ese interés por los artistas jóvenes puso sobre el tapete la preocupación por el futuro de la juventud, particularmente de los jóvenes marginados de las grandes ciudades del continente. De la mano de dicha preocupación entró al festival el tema de la cultura del hip-hop. Y de verdad, ésta estuvo en el centro del festival, pues la tercera edición se serró con un concierto en el que subieron a tarima, bajo la etiqueta Heavy Sound, un nutrido grupo de músicos que fusionaron los tradicionales ritmos musicales latinoamericanos con los ritmos urbanos, que agitan el corazón de las barriadas populares de las ciudades de América del Norte, en los tiempos que corren. El montaje de la maroma estuvo a cargo de Ronald Chele Lemus, un joven de origen salvadoreño, que busca con este tipo de música “hacer algo que bailes, pero que al mismo tiempo te haga pensar”.
Ronald Chele Lemus, Imagen tomada NM.com
Los músicos latinoamericanos alternaron con una de las figuras más prominentes de la música urbana quebequense del momento: el rapero indígena Samian, quien incluye en sus presentaciones ritmos típicos de los grupos aborígenes norteamericanos. De acuerdo con Samian, el rap es un canal que le permite a los grupos marginados urbanos sacar el veneno de su corazón y abrirse un camino para salir del abismo. El cantante que tuvo una infancia difícil, salpicada por la drogadicción y el vagabundaje, sostiene que el rap es una forma de expresión que le ha permitido comunicarle al mundo su visión de la vida.
Sobre el concierto el portal de noticia N.M. (noticiasmontreal.com) sostuvo que “la expresión urbana llegó a su cumbre” con el show principal, que alternó de manera armoniosa el Hip-hop y el rap “con ritmos latinos y muchos metales”. En conclusión el portal consideró que el espectáculo puso en escena un concepto que “representa la cultura que se respira en la provincia de Quebec, caracterizada por su gran mezcla” cultural.
Una vitrina para las artes visuales en una casa barrial de la cultura
De todos los eventos organizados por LatinArte uno de los que congrega mayor número de público, sobre todo públicos de todos los orígenes culturales, es la exposición de pintura, que se realiza en el la sala de exposición de la Casa de la cultura del barrio Parc-Extension. En dicho barrio, que es uno de los más multiculturales de Montreal, el 93,2% de sus habitantes son de origen inmigrante. En el sector las lenguas más populares son el griego, el punjabi, el urdu, el bengalí, el tamul, el creol, el español y el italiano. Dentro de ese mosaico cultural y esa torre de babel lingüística, la exposición anual de pintura de LatinArte se ha vuelto ya un referente cultural importante. Pero en Montreal dicha exposición no ha llamado la atención sólo del público común y corriente. La calidad de los trabajos que se colgaron en la primera edición fue objeto de una reseña de Bernard Lévy, director de la revista Vie des Arts, publicación que es considerada una de las mejores, en su género, en el medio artístico francófono de América del Norte.
Este año los artistas que tuvieron la oportunidad de exponer sus trabajos abordaron temáticas tan diversas como las leyendas vudú en medio urbano, la memoria migratoria, el mestizaje cultural, los paisajes interiores y la memoria. Los artistas participantes de la exposición proceden de Haití, Colombia, México y Québec.
Otros eventos de interés
Otros eventos importantes fueron la noche de cine documental, la jornada de graffiti, el encuentro virtual de blogeros y el seminario de capacitación para artistas. En este evento los profesionales y consejeros de 6 organismos culturales de la municipalidad de Montreal (o el ayuntamiento dirían los españoles) le ofrecieron a todos los artistas que participaron del evento “una formación básica adaptada al contexto artístico” quebequense. Hay que destacar también la noche bohemia; evento en el que 13 poetas leyeron 39 poemas. El evento tuvo tanta acogida, que el responsable del centro Montréal Arts Interculturels (MAI), en cuya sala de espectáculos se realizó la velada poética, estaba cerrando las puertas de su establecimiento y el último poeta leía delirante al público los últimos versos, del último poema de la noche.
Jóvenes graffiteros trabajando la escenografía del concierto
En promedio hubo 80 personas, que se deleitaron con una noche des gaitas, al estilo de los Gaiteros de San Jacinto, el "bello canto" y la poesía. Para gusto de todos los públicos, los poemas pasaban de la protesta contra el statu quo a la espiritualidad, de la exaltación de la revolución à la crítica demoledora de los iconos revolucionarios y poetas hubo que le cantaron a la impotencia masculina, que trae consigo el paso de los años, en festivos versos, envueltos en mensajes navideños.
El espíritu que atravesó la Noche bohemia de 2011 se resumen bien en los comentarios del público. Uno de los asistentes dijo a la salida: “que cruce más exótico el que hemos visto hoy sobre el escenario. De un lado Wilson Santoyo y sus gaiteros interpretando la Puya Loca y del otro, el tenor mexicano Genaro Roja cantando “O sole mio”… que cosa más loca señor”. Por su parte una mujer, que consignó sus impresiones en el Web de LatinArte, dejó constancia que ésta fue “la mejor noche bohemia a la que he asistido desde que vivo en Montreal y que conste: he asistido a muchas”.
La novedad de este año: un encuentro de académicos
La novedad del festival este año fue el encuentro de investigadores que se ocupan de temas latinoamericanos o que realizan investigaciones sobre los latinoamericanos en Québec. En el marco del festival, en colaboración con el Observatorio de las Américas y la Universidad de Québec en Montreal, 10 investigadores de diferentes disciplinas de las ciencias sociales expusieron el resultado de sus trabajos o hablaron sobre sus proyectos investigativos en el marco del coloquio Una Mirada a América Latina.
Investigadores responden preguntas del público
El evento, que se realizó en uno de los auditorios de La Biblioteca Nacional de Québec, sirvió para poner en contacto a los investigadores con intelectuales de la comunidad latinoamericana de Montreal, que no concurren a las universidades y con gente que trabaja en el sector comunitario con población latinoamericana, que pocas veces tiene la oportunidad de conocer de primera mano las investigaciones, que se llevan a cabo sobre los latinoamericanos de Québec. Uno de los dos paneles del coloquio fue dirigido por el reconocido historiador chileno José del Pozo, quien fue además uno de los expertos invitados al evento.
En opinión de una de las investigadoras que participaron del evento, la condición interdisciplinaria que tuvo el mismo le permitió no sólo conocer los investigadores, que se ocupan de temas latinoamericanos en las diferentes universidades de Montreal, sino realizar una mirada transversal de la realidad de la región a partir de otras disciplinas.
El Balance final
Cayó el telón de la edición LatinArte 2011 y a pesar de las dificultades económicas que tuvo que sortear el grupo de organizadores, las personas que se implicaron en el evento consideran que todo salió bien, pues la programación dejo a los artistas y al público contentos.
Para Ángela Sierra, directora de la fundación LatinArte “el balance es muy positivo”, pues hoy “LatinArte pisa firme en el panorama cultural de la ciudad”. Según ella, la acogida del festival en el medio artístico ha crecido, pues “este año se logró hacer la difusión de 40 artistas y muchos de ellos hacen parte de la nueva generación”. También recalcó que “con la apertura de las puertas del festival 2011 a los jóvenes, el festival celebró a su manera el año Internacional de la Juventud”. En conclusión, “la experiencia de trabajar con jóvenes –según Sierra- fue muy grata, ya que son muy generosos con el publico en sus prestaciones y shows”. La directora de LatinArte considera que su aproximación a los artistas jóvenes le permitió de “constatar que no solo hay talento sino que también hay gente muy disciplinada, que ha venido convirtiéndose poco a poco en artistas emergentes de nuestra comunidad en Montreal”.
Jóvenes en concierto, Imagen tomada NM.com
En general los medios, el público y los artistas coincidieron en una cosa: “el Festival LatinArte” es “un puente cultural para la integración”, porque “vienen a poner no uno, sino muchos granos de arena en la labor que desarrollan los latinos en (Montreal), en donde el arte y la cultura tienen un protagonismo especial” y lo que necesitamos los latinoamericanos que vivimos en esta ciudad es “algo que nos integre”.
Afiche promocional del festival LatinArte 2011
2 comentarios
Editora de la Barca de Enoïn -
Abel -
Sin duda que tiene gran importancia la "Quijotesca" idea de LatinArte en Montreal. Idea brillante, producidas por el cerenro de una mujer amante del arte,pero tambien preocupada por sacar del closet a los artistas LatinoAmericanos en Montreal. Desde todo punto de vista, el espacio ofrecido por LatinArte es un positivo "empujon" a los artistas LatinoAmericanos que debemos aplaudir de principio a fin.Ademas, latinArte es un motor que se enciende en aras de la exposicion, la exibicion y el reconocimiento del trabajo artistico con sabor LatinoAmericano en una complicada metropolis como lo es Montreal.Quizas sin proponerselo, LatinArte, crea la inquietud en las nuevas generaciones de artistas por la tarea ardua que requiere mostrar el trabajo artistico. Quizas sin proponerselo, LatinArte rompe con esa "comunidad dispersa y apatica" y la vuelve mas comunicativa, mas atrevida y mas sociable.Quizas latinArte, se convierte en semillero de nuevos artistas con mas apuros pra asomarse al mundo de la exibicion con mas propiedad y no por la "orillita" como lo destaca el autor Enoin H. en su cronica.
Presiento que decir que la comundida latina esta dispersa y que es apatica a la integracion y al interes por lo que sucede con su comunidad, es mas que un mal señalamiento es una acusacion que merece ser repensada. Cabe preguntarse uno, tiene o no la gente derecho a ser apaticos? Tiene la gran metropolis un elemento que ayude a la gente, -venga de donde venga- a interesarse por lo que pasa a su alrededor? No es la integracion del individuo un asunto que del que debe la gran metropolis proponer a sus inmigrantes? Quizas LatinArte ayude a mediar entre el individuo que no se integra -por sus razones- y la metropolis en calidad de recibidora de inmigrantes ya que bien se sirve de ellos se integren o no, sean apaticos o no.